
Los sentidos se agudizaban, mujeres transitaban vestidas de “Víboras”, el sonido de los instrumentos comenzaba a retumbar y las piernas vibraban con el ritmo de la batería.
“Alicia se tiró por el parabrisas” subió al escenario, agradecieron a VJ por la invitación, y lanzaron su música. El cantante utilizaba el micrófono como pareja de baile, comenzaba a brincar, se desplazaba con movimientos bruscos y sensuales, y su cabello iba difuminando el fondo. Por un momento la intensidad de la música bajó y se comenzó a escuchar el sonido del violín como un susurro, la voz del cantante emitida por un megáfono interrumpe y todos los elementos musicales volvían a fusionarse.
En Kill City el tiempo pasaba sin presionar, los VJ subieron al escenario a devorar el rock. Son cuatro sus integrantes: Bruno “brutanza” en la batería, Carlos Proaño “el niño” en la guitarra, Ramón Murillo “Ron damón” en el bajo y Gabriel Faldiño “El Gabo” vocalista.
Los aplausos, los saltos, y los gritos aclamaban “Tocando fondo” “Soy el vagabundo” “Martha Julia”… El escenario se iluminó y cuando comenzaron a tocar “El perro más triste del mundo” el público se excitó. El vocalista cambiaba sus tonos de graves a agudos o viceversa. El guitarrista parado en un mismo sitio sin hacer tantos ademanes tocaba con intensidad. Con un traje de aviador, el bajista danzaba con su instrumento, mientras el baterista con los palillos pegada con furia y su cabello ondulado y largo se meneaba como si estuviera haciendo uso de la minúscula funda rectangular.
Al terminar el concierto la gente no se atrevía a salir a la ciudad porque Kill City fue otra realidad, fue la esencia del rock, fue Víbora Julieta.
Blog Víbora Julieta
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Carolina.
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