diciembre 31, 2008

feliz año!


Tras varias investigaciones antropológicas, tras intentos fallidos de comunicación ancestral y visitas frustrantes a los museos, dimos con un documento que explica una de nuestras más preciadas tradiciones: la de quemar el viejo.

Era 31 de diciembre de 1899, Cristian Armijo había organizado una reunión de fin de año a la que invitó a todos sus amigos. La cena consistía en un pollo duro y flaco que se había quemado en el horno, y un asqueroso relleno que no era más que una pasta viscosa y fétida. Sin embargo, el éxito de la velada se lograría, según sus expectativas, con las seis botellas de licor de caña que había conseguido a muy buen precio.
El reloj marcaba las nueve y aún no había llegado nadie. Ya de por sí, estas fechas lo deprimen y la sola idea de que sus invitados no vendrían empezó a impacientarle. De pronto alguien tocó la puerta. ¡Llegaron!, pensó con alivio y se acercó a la ventana para ver de quien se trataba. Un afro inconfundible del otro lado de la puerta se movía dando signos de impaciencia. Sin duda, era Javier Maruri
-¡Pasa, pasa…! ¡Bienvenido!
-Gracias, ¿y los demás, aun no han llegado?
-Todavía no, eres el primero en llegar.
- Parece mentira que el tiempo pase tan rápido, ya estamos en las puertas de un nuevo siglo.
-Ni siquiera lo menciones, cada vez estamos más viejos
-¡Viejos!, ¿cómo puedes sentirte viejo a los veintitantos? Yo me siento más joven que nunca, ¿será por que me conservo con alcohol? Jaja…
-Hablando de eso, tengo un trago buenísimo, toma asiento que voy por él, recuerda que estás en tu casa.
Así, los amigos continuaron charlando y bebiendo durante casi una hora. Entonces, se escucharon dos golpes casi imperceptibles en la puerta.
-Parece que llegó alguien- dijo Javier
-Debe ser alguna de las chicas, por que Luís Miguel dijo que no vendría y Ramón sigue desaparecido- replicó Cristian mientras se dirigía hacia la puerta.
Fue grande su sorpresa cuando vio que, quien había llegado, era Clark. De inmediato abrió la puerta y lo invitó a sentarse junto a ellos. Le ofreció una copa, pero Clark se negó moviendo la cabeza de un lado a otro. Esto no es nada raro, pues todo el mundo sabe que no toma y que tampoco habla mucho, así que no le dieron importancia y siguieron justo donde se habían quedado.
A los pocos minutos llegó Carol. Llevaba un vestido largo, muy elegante, que le cubría hasta los tobillos; y unos guantes blancos de tela fina que impedían que los mortales vieran sus delicadas manos. Su belleza, inquietante, radiaba más que nunca; su rostro denotaba esa dulzura que contrastaba con la severidad de su alma que parecía estar siempre acariciando una cruel fantasía.
Pronto tomó control de la situación. Ordenó a los tres hombres que se sentaran en torno a la mesa y sacó un mazo de cartas.
-Voy a ir destapando una a una las cartas y, por turnos, cada uno tratará de adivinar si la carta que viene es mayor o menor. El que se equivoca tendrá que tomar un trago- propuso.
Todos aceptaron sin ninguna objeción, incluso el buen Clark que hasta entonces no había pronunciado ni una palabra. Empezaron a jugar y de a poco, entre gritos, bromas e intensas carcajadas; se fueron acabando las botellas de puro de caña bajo un manto espeso de humo de cigarro y el olor del pollo carbonizado que envolvía el ambiente.
Tiempo después estaban totalmente borrachos, todos menos Clark que inexplicablemente había salido airoso cada vez que tuvo que adivinar. Probablemente porque, a diferencia del resto que dejaba todo en manos del azar, él se tomaba la molestia de meditar su decisión y después, con el dedo pulgar hacia arriba o hacia abajo, daba su respuesta sin siquiera separar sus labios.
Javier, pese a haber vomitado sobre sus zapatos, se apoderó de la última botella y en vista de que no tenía intenciones de compartirla con nadie, se dio por terminado el juego.
Cristian tomó el protagonismo en la velada y empezó a dar lata con extensos parlamentos sobre su edad y las añoranzas de sus buenos tiempos. Eran tan lamentables los argumentos sobre aquella vejez inexistente, que todos empezaron a pensar que pronto acabaría convertido en un anciano. –No estás viejo- repetía Javier al tiempo que soltaba un eructo amargo, con el sabor mezclado de la caña y el relleno. Clark, en cambio, lo observaba con una mirada firme, mientras se acariciaba la barbilla con los dedos sin mostrar ni el más ligero síntoma de inquietud. Entonces, Carol; harta de tanta palabrería, exhortó a Cristian para que se callara y propuso un nuevo juego. Nuevamente los dóciles hombres sucumbieron ante su liderazgo y escucharon las nuevas reglas con atención. En sus ojos se podía notar que aquello que tenía en mente llevaba implícita una perversidad.
- Voy a repartir un grupo de cartas entre dos personas- dijo - Ustedes deberán deshacerse de las cartas que tengan pares, pero hay una que no tiene pareja. El que se quede con esa carta recibirá un castigo del otro. Pero ojo- continuó - no puede ser cualquier penitencia, debe ser algo que involucre algún sufrimiento, algo descabellado que logre que el otro se arrepienta de ser como es-
Se miraron unos a otros, sin saber que responder ante semejante proposición. -¿Y si alguien no quiere cumplir con su penitencia?- preguntó Javier. –Entonces todos lo obligamos, tendrá que hacerlo por las buenas o por las malas- sentenció Cristian. Clark asintió con la cabeza y juntos hicieron la promesa de hacer cumplir los crueles castigos sea como sea.
Empezaron Carol y Javier, resultando como perdedora la misma que dictó las reglas.
-¡Me parece justo!- dijo él y luego de pensar unos momentos dio su sentencia. –Tu, que eres tan pudorosa y proteges siempre tu cuerpo de la mirada de los hombres cubriéndote hasta el cuello; deberás ahora despojarte de toda tu ropa y tirarla por la ventana hacia la calle- Cristian festejó la decisión y chocaron sus manos con complicidad. Mientras ella, miraba a su verdugo con rabia, pero, sabiendo que de nada serviría negarse, empezó a desvestirse lentamente hasta quedar completamente desnuda. Luego, se acercó hasta la ventana y aventó sus elegantes atavíos hacia la calle.
Después se sentó en su silla y repartió las cartas a los dos amigotes que aún estaban excitados por su primer triunfo. –Ahora tendrán que enfrentarse entre ustedes- les dijo. Y así fue, siendo esta vez el perdedor Javier. Entonces Cristian dijo: -Tú que te crees muy macho y luces ostentosamente tu cabello como signo de tu virilidad. Tendrás que rasurarte hasta el último pelo; incluyendo las cejas y las piernas. Carol soltó una carcajada siniestra. Tras un intento frustrado de fuga, lo tomaron entre todos, y con una navaja de barbero lo trasquilaron como a una oveja dejándolo irreconocible.
Llegó el turno de Cristian y Clark. Se repartieron las cartas y fue el anfitrión quien se quedó con una. Entonces todos miraron a Clark, pero éste, no había abierto la boca en toda la noche. Parecía no entender lo que pasaba. Carol y Javier le pedían que se pronuncie. -¡Vamos, tienes que decir algo!- -¡dilo!, ¡dilo!- Después de un prolongado y angustioso silencio, Clark articuló sus primeras palabras de la noche:
- Quememos al viejo-
Todos se miraron con espanto. Cristian estaba incrédulo, pensando que esto había ido demasiado lejos. Pero la promesa estaba hecha. Javier y Clark lo tomaron por la fuerza, mientras Carol fue en busca de algún combustible. Lo arrastraron hasta la calle donde lo bañaron con gasolina. Él mientras tanto gritaba desconsolado -¡Están locos! ¡No pueden hacerme esto! ¡Deténganse! ¡Por favor! ¡Que alguien me ayude! Entonces le prendieron fuego y lo dejaron arder sobre el asfalto. En ese momento, dieron las doce de la noche y el cielo se encendió de luces artificiales. La gente del barrio que había salido a la calle, alarmada por los gritos, se abrazó alrededor del cuerpo ya inmóvil de Cristian Armijo. ¡Feliz año! ¡Feliz año!
El nuevo siglo llegó lleno de esperanzas y premoniciones positivas. 1900 fue un buen año para todos en el Ecuador. Muchos atribuyeron esa suerte al viejo que quemaron aquellos jóvenes. Así que antes de la llegada de 1901, la gente había construido muñecos con aserrín y madera, y antes de la media noche, sacaron los monigotes a la calle y los quemaron dando inicio a una tradición que siguió año tras año hasta nuestros días.

por: Ramón Murillo

Y llegó el Fin de Año

Se va otro año mas. Creo que a todos nos a dejado alegrías y tristezas por igual. Hemos acumulado nuevos amigos y otros se han ido. En fin, cada treinta y uno de diciembre evaluamos como ha sido nuestro año y esperamos que el siguiente sea mejor. Por cierto, cumplimos con la tradición ecuatoriana de quemar el año viejo.

Yo soy un fanático de la quema de los viejos. No sé cómo se originó la tradición (aunque hay especulaciones chistosas) pero la sigo fielmente. Existen algunas personas que por múltiples razones deploran esta práctica. Yo respeto su criterio pero no lo comparto, ya que es parte de nuestra identidad ecuatoriana. Incluso los residentes en otros países se las ingenian para quemar sus viejos aún cuando en algunas ciudades del extranjero, está prohibido.


Los años viejos son de diferentes motivos, y aunque comenzaron siendo un anciano simbolizando el año que acaba, las cosas han cambiado. Estos muñecos son ahora, de figuras actuales. Muchos queman a sus figuras preferidas, pocos son los que queman a los más odiados. Es así que este año mis compañeros de la universidad decidieron hacer un año viejo mío y lo quemamos con gusto.
He de decir además que me gusta quemar el año viejo con todos los honores, eso incluye las camaretas. Sé que a muchos no le gustará mi opinión y dirán que es peligroso y que han ocurrido muchos accidentes. Pero debo decir que un año viejo quemado sin camaretas y fuegos artificiales no es lo mismo, claro que sólo es mi opinión.


En fin con o sin quema de años viejos, con a sin camaretas; espero que este año les haya dejado cosas buenas y que el próximo sea mejor. Feliz año 2009



Por: Christian Armijo

diciembre 21, 2008

Milan Kundera


Lamento haber demorado tanto en esto. Dudo de si llegue a ser aceptable (creo en la primera parte se logró algo de lo que sería la voz de Kundera), pero lo intenté. Con esto ponemos de nuevo en marcha a Las ocho y cuarto.

"Sentía que la idea de las tripas de Dios era una blasfemia".

Entrevista [1]. II PARTE

¿Le preocupa la proliferación de la subliteratura en la posmodernidad?

Más que preocuparme, me aburre. A las personas les gusta leer novelas con finales felices, en que los protagonistas sufren en manos de los demás, pero gracias a su perfección, logran salir adelante, encontrar la felicidad. Historias que tienen sucesiones de hechos que servirían para un montón de cuestionamientos, terminan siendo una colección de moralejas [léase la terminación como despectiva]* ajenas a la realidad del individuo.

Moralejas como “Cuando te propones algo, todo el universo conspira para que lo logres”… Me limitaré a afirmar que frases así son irreales y aburridas. Las personas que llegaran a asumir cosas así con convicción no son de piel, sino de papel o porcelana. Muchas buenas obras dejan de publicarse porque la tendencia de los lectores se inclina hacia el kitsch.

¿Qué es el Kitsch?

‘Kitsch’ es una palabra alemana que puede ser usada en diferentes contextos. Uno de ellos es el arte, pero asumo que lo que viene al caso en este momento es el kitsch como cosmovisión. Así que, bueno, echaré mano a La insoportable levedad del ser, donde le dedico un capítulo entero: el kitsch es lo contrario a la mierda. A la mierda en sentido figurado.

Qué útil resulta hablar de sentido, porque precisamente es el sentido que ha dado la gente a la mierda: todo aquello que es contrario a la moral, todo lo que no debe ser, lo que no es propio del bien.

Cuando yo era niño y hojeaba el Antiguo Testamento adaptado para chicos y adornado con grabados de Gustav Doré, veía ahí a Dios sobre una nube. Era un anciano, tenía ojos, nariz, una larga barba, y yo me decía que, si tenía boca, debía comer. Y si come, también tenía que tener tripas. Pero aquella idea me asustaba porque, aunque era hijo de una familia mas bien no creyente, sentía que la idea de las tripas de Dios era una blasfemia. Sin ningún tipo de preparación teológica, espontáneamente, comprendí desde niño la incompatibilidad entre la mierda y Dios, y de ahí, cuan dudosa resulta la tesis básica de la antropología cristiana según la cual el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Una de dos: o el hombre fue creado a semejanza de Dios y entonces Dios tiene tripas, o Dios no tiene tripas y entonces el hombre no se le parece. Los antiguos gnósticos lo sentían igual que yo cuando tenía cinco años. Valentín, gran maestro de la Gnosis en siglo segundo, decía para resolver este enrevesado problema que Jesús 'comía y bebía, pero no defecaba'. La mierda es un problema teológico más complejo que el mal. Dios les dio a los hombres la libertad y por eso podemos suponer que al fin y al cabo no es responsable de los crímenes humanos. Pero el único responsable de la mierda es aquel que creó al hombre”. [2]

Es decir, ¿el kitsch es una santurronada?

Sí, algo así. Las sociedades crean su propia mierda, y se encargan de difundirla y condenarla. Ahora sonaría demasiado forzada la frase de Valentín: “Jesús comía y bebía, pero no defecaba”, pero ello no significa que no existan otras maneras de alienar, y lo que es peor: que haya otras fuentes. Cuando las ciencias empezaron a abrirse paso, la Iglesia empezó a perder poder desde las trincheras del razonamiento, pero de todas formas surgieron nuevos entes alienantes: el estado es uno de ellos, la propaganda es otro.

Más allá de lo que creamos sobre ellos, lo que debería importarnos es un cuestionamiento acerca de qué es lo malo y qué lo bueno. Ello nos llevaría al siguiente dilema: ¿Quién lo decide? Y así nos vemos devueltos a los entes alienantes. Todo un círculo vicioso.

Para responder a la pregunta, un buen ejemplo de kitsch, ya traído a colación, es la novela rosa: todo un montaje de estereotipos que, según las esferas que dominan la opinión pública, son lo que debería ser de la sociedad.

De la novela rosa se puede leer que la felicidad es el objetivo a seguir por el ser humano. Y los hombres la persiguen. Pero ‘felicidad’ es un término tan vago que no podemos hablar de una fórmula matemática en torno a ella. Esta locución podría ser útil: “nube de color de rosa”. La aristocracia francesa de finales del Siglo XVIII vivía en tal cosa, seguían comiendo y emborrachándose en sus fiestas descomunales, mientras en las calles de París se gestaba la Revolución Francesa. Eso sí que es enajenación. Qué levedad insoportable. 8.1/4
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[1] Ficticia, por supuesto
[2] Fragmento de La insoportable levedad del ser



Por: JM.CabreraKozisek

octubre 17, 2008

Se reserva el derecho de admisión 2000

2.10 am. Hoy, ahora, no hay tiempo ni ánimos. En/trada: en breve. 8.1/4

septiembre 14, 2008

Los canillitas están monopolizando la lectura


Fomentar la lectura es un “suceso” que en Guayaquil ocurre muy de repente, con una visión más comercial que cultural. Para comprar libros, a veces uno debe sacrificarse: dejar de comer pastelillos todos los días, no entrar un fin de semana a Diva Nicotina o prestar un libro y leerlo sin poder ni siquiera subrayar una sílaba. Dicen por ahí que la tecnología está haciendo que el libro muera, de alguna manera es cierto, pero si te entran esas ganas incontenibles de leer no queda de otra que bajarlo. A mí, no me gusta esta clase de lectura porque mis ojos se dilatan como si estuviera drogándome con la tecnología.

Basta, no más rodeo, el punto es que el viernes estuve buscando el libro Mi tío Atahualpa, colección de libros que entrega el Ministerio de Cultura a través de El Telégrafo, y salí peleando con los canillitas -canillas con canas- El suceso fue el siguiente: veo el libro, le doy un dólar al señor y me da la espalda, me quedo parada y no me dice nada, es decir se hacía el loco:

Alguien como tú: estoy esperando el vuelto.
Canillita: cuesta un dólar (Tono de furia)
Alguien como tú: cuesta 0.50 ctvs. (Cara de asombro)
Canillita: Tome su dinero y nunca más regrese por aquí. (Gritando y bravo)
Alguien como tú: Tome su libro, no sea grosero, Usted es un sabido. (Cara y tonalidad de ira, ocasionada por elevación de costo)

Seguí recorriendo la avenida Boyacá, y llego al quiosco que queda frente al Telégrafo, justo afuera de la Pecosa. El libro colgado, una mujer sentada, me acerco y pregunto ¿qué cuesta?:
Canillita: $1.50 (Mirando una tela mientras bordaba)
Alguien como tú: ¿Por qué tanto? (Tratando de descifrar el dibujo del bordado)
Canillita: Porque eso vale, y si lo quiere más barato madrugue hacer fila en el Telégrafo. (Para que describirlo si la expresión es obvia)

Estas personas saben que un libro a 0.50 ctvs. es un regalo, ¡es una ganga! Se aprovechen de la necesidad de lectura de otros para revenderlos, y eso que lo busqué el mismo día que salió. Me cansé de caminar, llegué hasta el parque de las iguanas, ese parque donde los gringos están agrupados observando con la boca abierta. Me resigné, señor véndame el libro que sale con El Telégrafo.

Canillita: 0.75 ctvs.
Alguien como tú: Démelo (Sudorosa y con voz agitada)

Lo conseguí, me lo dio sin el periódico, pagué 0.25 ctvs. de más, lo importante es que lo poseo, caí en la trampa de la corrupción, pero no me quedó de otra: pagar más para tener conocimiento.
Conclusión: la lectura está siendo monopolizada por los canillitas.
La esquina rota.

septiembre 10, 2008

Viveza Criolla


La Sra. Metrovía vuelve al ojo del huracán… porque cuando se está apurado, no hay nada mejor que perder la cabeza dentro de ella.

Hora pico, calor, impaciencia y una larga fila; la combinación perfecta para desquiciar a cualquiera. Me encontraba en la estación de la Biblioteca Municipal con prisa, como todos. Primer problema; la fila que me llevaría hacia mi ansiado destino (Terminal Río Daule) competía con las largas piernas del famoso Margarito, se enrollaba, se daba la vuelta y continuaba hasta desaparecer en los caminos infinitos de las calles de Guayaquil. Yo soy paciente, pero cuando la situación se torna pegajosa e insoportable, acostumbro soltar ciertos sonidos guturales que alertan a los más cercanos de que estoy perdiendo la cabeza.

Mientras trataba de desviar mis pensamientos hacia otros temas más interesantes, un joven, tirado a jefe de pandilla, salsero y rocolero (no tengo nada contra esos géneros musicales, es más, suelo disfrutarlos), pagó su pasaje, se cruzó frente a todos los que hacíamos fila y se osó a darle un golpe en la cabeza al guardia de turno (lo llamaré guardia #1). Ese golpe, según mi sexto sentido, se puede traducir en: “Mira locosh, yo soy bacán y me paso la fila”. He aquí el segundo problema.

Este sujeto ingresó primero y triunfal al bus que tanto tiempo nos había tomado esperar. ¿Se podrá llamar a esto viveza criolla? La primera persona que se percató de lo que ocurría fue el segundo guardia de turno (guardia #2), un flaco y nervioso joven que no sabía cómo actuar. Lo entiendo, porque armado solamente de un tolete, no se puede hacer milagros. No digo esto para incitar al uso de armas como objeto de represión, pero, en este caso, una buena dosis de electricidad hubiese facilitado las cosas. En cuestión de segundos, el flaco guardia # 2, se internó entre el mar de gente que camuflaba el reconocimiento del sujeto chévere, para retirarlo del bus, por faltarle al respeto al guardia, y ya de combo, por haberse pasado la fila. Wow, dirán ustedes, ¡ése sí que es un guardia! Lamento decepcionarlos pero las cosas no se dieron fácilmente, porque aunque la idea fue acertada, no contaba con lo necesario para realizarla. Y sí, el pequeño y frágil guardia no pudo con el sujeto agresor.



Hago un paréntesis para describir la situación que se vivía mientras el guardia #2 intentaba lograr su acometido. La metrovía estaba detenida, atrás de ella, pitaban tres buses más, con pasajeros desesperados por abordar y desembarcar (sí, cual barco) de los buses respectivos. El tráfico estaba paralizado, porque como sabemos, si juntamos a tres metrovías, formamos un culebrón gigantesco, que logró colapsar el tráfico de las dos cuadras previas. Un caos total, algo así como el Olimpo sin Zeus.

Retomando la pelea guardia #2 vs. sujeto agresor, los pasajeros que tenían impedido el paso de ingreso hacia el bus donde el sujeto estaba siendo reprendido, empezaron a acalorarse. Una señora que había permanecido tranquila, gritó: “¡Oye caretuco, baja!, ¡Bájenlo! ¡Lo que pasa es que está emperrado y no quiere quedar mal!” La gente estaba molesta, era evidente. De todas las frases que rondaron mis oídos, la mejor fue ésta “Ya bájenlo a ése que es perro de Nebot”. ¡Que ironía! La obra cumbre de nuestro alcalde no llega todavía a darle inmunidad, ya que de todas maneras es achacado. Entiendo el malestar, porque lo compartí, y estuve a un pelo de ir en ayuda del guardia para bajar de la oreja al terco e intransigente sujeto implicado en el metrovicidio. La desfachatez de este sujeto era increíble, se negaba rotundamente a bajar y negaba haber golpeado al guardia. Lástima que nadie tenía una cámara a la mano en el momento del vandalismo.

El reloj seguía corriendo, ya habían pasado veinte minutos desde que el sujeto se pasó la fila y entró en el bus. El chofer del bus estaba desquiciado, cerró y abrió las puertas más de cinco veces. De repente, llegaron los refuerzos, al estilo CSI, dos guardias más, flacos, cabe recalcar. Ingresaron a la metrovía corriendo, y cuando ya se disponían a sacar al forajido, o al menos eso parecía, las puertas de la metrovía se cerraron, el bus arrancó y dejó atrás una nube de monóxido de carbono, incertidumbre y quejas.

Consejo: Si alguna vez pierde la cabeza dentro de la ya popular metrovía, no dude en llamar al 2-140453, para consultas y sugerencias, y por qué no, halagos a Nebot.








Por: Estefanía Carlier

septiembre 04, 2008

¿SÍ o NO que fue así?

De un momento a otro la Universidad se convirtió en una tarima política, donde propios y extraños dieron rienda suelta al canibalismo político, los unos queriendo devorarse a los otros, y los otros tratando de reducir cabezas e ideas. Culpables es lo que se busca, sujetos a quien endilgarle la responsabilidad del pobre epílogo que dejaron los grotescos incidentes. Los hechos eran predecibles por la contienda de bandos marcados en el país, el primer error fue la invitación al actual mandatario que se tiño política y proselitista, como segundo error encuentro la actitud del Presidente ante el estudiantado, quienes son un producto reactivo de sus discursos y conductas invariables.

La invitación al Presidente Rafael Correa fue un error porque la lucha por el poder total en el referéndum ya había comenzado, y más aún cuando el jefe de estado había admitido con anticipación que estaba en campaña. El primer mandatario transmitió su cadena radial sabatina desde el Aula Magna de la Universidad Católica de Guayaquil, en donde no hablo más allá de los pelucones, la partidocracia y por supuesto aprovecho por mandarse unas cuantas cuñitas a favor del sí a su nueva constitución. Estamos al pie de un referéndum constitucional, polémico, fronterizo al desbarajuste de la razón de grupos que apoyan el SI y otros que se van por el NO, y evidentemente se formo una confrontación entre ambos bandos. El presidente de la FEUCG(Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil), el pibe Eduardo Sánchez, debió consultar a los estudiantes antes de materializar su resolución, a sabiendas de los contrapuntos axiomáticos del estudiantado, para evitar así la trinchera política suscitada en nuestra institución. La Católica fue escenario de provocaciones que terminó en insultos y golpes por no prever, la administración de este evento, los desmanes que se podían producir debido a la división del país que vivimos actualmente.

La actitud del Primer Mandatario es cuestionable. Deploro las medidas violentas, tanto de la fuerza pública, de mis compañeros, de las personas ajenas entrometidas y también la violencia verbal del Presidente Correa. Le endoso a Rafael parte importante de la culpa de las reacciones de los estudiantes, porque azuzar a 500 jóvenes a confrontarse con 50 es un acto que no conjuga con la “majestad presidencial”, y tampoco con un presidente demócrata. Afortunadamente no todos los ciudadanos sufrimos de amnesia, y es evidente que no hay ninguna diferencia entre el país que queremos enterrar y el país que nos plantea este gobierno. Como mujer , como joven, como estudiante, yo también me siento afectada por el insulto y la calumnia, practicas que se han convertido en el pasatiempo principal del Presidente, de modo que, los jóvenes que se expresaron aquel sábado de triste recordación, no es más que el reflejo del hombre que nos gobierna: Desenfrenados, intolerantes, violentos.

Se echó un vistazo al futuro. Un gobierno donde para debatir ideas es necesario el tute y la injuria. Su presidente, el primer insultador del Ecuador, fue sometido a vilipendio limpio, tal cual él enseña, lo que hay que hacer cuando no se esta de acuerdo con las bestias salvajes, gorditas horrorosas, viejas peluconas, perfectos inútiles, ignorantes o idiotas.









Por: María Fernanda Campos P.

agosto 26, 2008

La noche del Punk

Dos horas del mejor punk fue lo que se vivió el pasado miércoles en la discoteca Giromatto ubicada en el Albán Borja, por la presentación de la agrupación estadounidense pionera del punk, The Misfits.

Al evento asistieron más de 500 personas, vistiendo de negro, luciendo calaveras en las camisetas, en tatuajes, en zapatos y algunos las llevaban pintadas en los rostros, haciendo alusión al símbolo del punk y a The Misfits, por su puesto. Carlos López, uno de los fanáticos de esta banda, nos contó entre gritos y saltos que esperó ansioso la llegada de la banda al país, ya que es la primera vez que visitan Ecuador.

Los integrantes de la banda de punk más aclamada de América son Jerry Only (bajista y voz), Robo (Baterista) y Dez Cadena (guitarrista), quienes deleitaron a sus fanáticos con canciones como: Astro Zombies, Descending angel, Violent World, Fiend club, London dungeon entre otras.

Villacreses, el organizador de la “noche del punk”, nos dice que esta banda ha sido la inspiración para muchas canciones de bandas punk en nuestro país.

La banda de más de tres décadas de trayectoria estremeció a sus fanáticos ecuatorianos que, sin duda alguna, esperan con entusiasmo su próximo concierto en nuestro país.

por: Johanna Cedeño

agosto 23, 2008

Vallejo a los Infiernos


Dentro de la Sala de Usos Múltiples de la UCSG, se llevó a cabo una charla sobre el libro "Vallejo a los Infiernos", dictada por el Abogado Eduardo González Viaña, su autor. Este libro es la primera novela autobiográfica sobre el poeta vanguardista, del siglo XX, César Vallejo. Se ubica en la época juvenil de Vallejo, entre sus 16 y 30 años. El libro empieza con Vallejo dentro de la cárcel de Pujilí, para resaltar que su estadía en la prisión lo marcó para siempre. Su permanencia dentro de las rejas, fue de 3 a 4 meses, pero en repetidas ocasiones ya que fue acusado de incendiario y terrorista. El libro se maneja con flashbacks que transportan al lector desde la cárcel hasta la vida previa de Vallejo, sus novias, su vida y lo que influyó en su creación poética. El trabajo de Eduardo González Viaña, como abogado, fue estudiar el expediente de Vallejo para determinar si sus múltiples encierros fueron legales. Para sorpresa de González, encontró que todo fue falso, inventado para perjudicar a Vallejo, una completa barbaridad.

César Vallejo fue un poeta modernista frustrado. Siempre quiso serlo, así como Rubén Darío, pero no lo logra nunca debido a su genio muy marcado por el dolor existencial y el presentimiento de que la condición humana es una gran equivocación. Pasó los últimos días de su vida en París, donde muere en 1938. Este año se conmemoran los 70 años de la muerte de Vallejo.

Sobre su obra, Vallejo escribió sobre la hacienda azucarera "Casa Grande", localizada al Norte de Perú. El pensamiento de los hacendados, "calla, reza y trabaja", es lo que inspira sus condiciones socialistas, la necesidad de un cambio.
-"Sin solidaridad no somos nada, no hay vida, no hay mundo, no hay nada". Cita del libro Vallejo a los Infiernos.

Contacto
E-mail:
gonzalez@wov.edu.com
Por: Carol Arosemena

agosto 22, 2008

Solo sé que nada sé

Nota sarcástica

Después de los varios acontecimientos ocurridos en la Universidad, pude aclarar ciertas dudas que quedaban sueltas en mi cabeza, y con esa confrontación y sin omitir el trabajo realizado por los medios de comunicación se pudo iluminar mi mente. Lo cual me permitió sacar nuevas teorías.

Yo entendía a la libertad de expresión según el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión".

Pero con el revoltijo que se formó por las personas que asistieron a “promover” el SÍ y el NO, me di cuenta que todo este artículo se resumen en acciones. Por ejemplo, si yo no estoy de acuerdo con algo, puedo lanzar un poco de agua, y según la resistencia que pongan voy lanzando cosas de mayor peso hasta llegar a una piedra, y en casos extremos, puedo llegar a lanzar golpes o lo primero que tenga para así dar a conocer mi posición, a favor o en contra de algo, y entre más grande sea el objeto lanzado mejor se fundamentan mis opiniones.

Para mí, la democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de quien compone el grupo.

En este caso pude ver que los que promovían el No estaban muy bien organizados. Eran máximo unas 60 u 80 personas, lo cual era una minoría, pero da la coincidencia que entre ellos estaban representantes del Municipio, que gritaban, y saltaban. Entonces empecé a unir todas las piezas y me di cuenta de que ese concepto estaba erróneo y que la verdadera democracia es cuando yo defiendo los intereses de la clase dominante, porque entre más derechos tengan ellos de explotarnos y reprimirnos, más orgullosos deberíamos sentirnos, porque ahí sí somos parte de una “Democracia”.

También aprendí sobre el respeto a los mayores de edad. Ellos nunca deben ser marginados porque son los primeros en incentivar a la educación, pero como ellos todavía son del tiempo de que la letra con sangre entra... bueno, en este caso se puso en practica con el Sí, porque muchas señoras y señores querían hacer entender a la nueva generación a gritos (en ciertos casos golpes e insultos) que estaban equivocados y que debían votar por el Sí y mil veces Sí. Ejemplo que también siguieron algunos estudiantes de ésta y de otras universidades que se lanzaban a gritar y a golpear a su oposición.

Gracias a los medios de comunicación, sé que la culpa no es del que comienza la agresión sino del visitante. Con esto cuando tenga algún problema con cualquier persona lo llevaré a mi casa, lo golpearé, lo insultaré, y si él me responde, correré a denunciarlo por violencia y con el argumento de que ha “violado la autonomía del hogar”.

Por: Nancy Kuonqui León

La resurrección de comic en Ecuador


En la feria del libro realizada en julio, en el Palacio de Cristal se pude encontrar todo tipo de libros. Había desde novelas hasta periódicos, pasando por los libros de foto reportaje pero, no existía casi ningún espacio para el comic. Solo un pequeño local ofrecía comic nacionales.

El comic fue muy popular entre la generación de nuestros padres, se dirigían a un kiosco y pagaban por leer un ejemplar de las historietas de moda. Entre los comic de esa época tenemos; Fantomas, Kaliman, Memin Pinguín, el Eternauta, entre otros. “yo y mis amigos nos dirigíamos al kiosco de don Tarquino, alquilábamos las revistas en 20 reales y después de leerlas se las devolvíamos” recordó Javier Vega un antiguo lector de estos comics.

De a poco el comic fue cayendo en el olvido. Pero en los últimos 7 años a resurgido con fuerza y existen puntos de venta especializados donde podemos encontrar los comics, estos puntos son toys & comic y punto comic. Según las estadísticas de punto comic en el 2007 se duplico las ventas en relación al 2006.

Aunque es una cultura en auge, sigue manteniendo un estatus de underground. Los locales donde se venden los mangas (comic japoneses) más diversificados, solo son conocidos por grupos que viven inmersos en esta cultura, y es muy difícil para un lector ocasional encontrarlos. “Es difícil encontrar comics y mangas de series no tan populares sin no eres de un club” comenta con cierto enojo Jesús Araujo lector de Manga.

Existen varias asociaciones especializadas en la difusión del comic y manga; una de las más importantes es el comic club de Guayaquil. Esta no solo se encarga de la difusión del comic y el manga sino que también realiza y comercializa comics nacionales. “al inicio nos reunimos para conversar de lo que se estaba haciendo y de lo que se podía hacer. Mi labor ahora es organizar exposiciones y concursos de cómics” nos comenta Oswaldo Araujo presidente del comic club.

Estas exposiciones se realizan para que más personas conozcan este arte y recordarles a esos antiguos lectores su amor a los comics, incluyendo esas historietas que se leían en la década del 60 y 70. Esta es una iniciativa privada que poco a poco, pero cada vez con mas fuerza esta siendo apoyada por el municipio.

El Programa Memorias guayaquileñas, de la Dirección de Promoción Cívica de la Municipalidad de Guayaquil, con el fin de contribuir con la difusión de la historia de la urbe; creo cinco revistas, ya en circulación: Historia de la Fundación de Guayaquil, La vida de Vicente Rocafuerte, La vida de José Joaquín de Olmedo y El ataque pirata de 1824. “El cómic es un medio efectivo para la difusión de los contenidos culturales” comento Melvin Hoyos director de Promoción Cívica De la municipalidad de Guayaquil y gran coleccionador de comics.

Este repunte del comic se ve traducido en la feria del comic, que se realizo hace poco al año en la plaza colon y es un evento anual, el lanzamiento del libro Comic Book y la exposición sobre los 70 años de Superman que se realizo en el museo municipal de Guayaquil. “me parece bien que se ayude a la difusión de esta cultura de comic, para que sigan trayendo los comics traducidas en nuestro idioma y se cree mas comics latinos y sobre todo nacionales” expreso Jesús Araujo.

El comic es todavía una cultura pequeña, pero en rápido crecimiento y esto es gracias al esfuerzo de estas asociaciones o clubes de comics; el gran aporte de Cabildo y en especial del Arquitecto Melvin Hoyos y el retorno de los adultos a su literatura pueril. Quizás esta tendencia haga prever que en la Feria del Libro del próximo año puedan existir más sitios dedicados a la difusión y venta de estas libros visuales los cuales nos llevan a otro mundo o nos muestran grandes reflexiones sociales; El Comic.

Por Christian Armijo

La opción más conciente



Con el llamado a las urnas más cerca, la lucha por el voto se hace cada vez mas fuerte. Ahora los dos bandos tratan con insultos y culpas a sus opositores para así obtener el voto de los indecisos y afirmar a los que los apoyan. Esto solo nos deja ver que entre las opciones de voto que tenemos la mejor seria el nulo, ya que votar no seria aceptar el discurso de la partidocracia, y el si resultaría aceptar un chantaje.

El no que proponen algunos del los partidos tradicionales es quedarnos como siempre (adorrmecidos y sumisos) para que sigan manejando el país. Es aceptar que el camino en que dirigían el país era correcto. Fingir que las cosas estaban bien y que con el nuevo gobierno no han mejorado en nada, lo cual es mentira. Además de bajar la cabeza ante nuestros jefes de siempre, lo que ya no puede permitirse.

Tampoco nos dejemos manipular con la idea de que todo lo que hace el gobierno esta mal. Entre lo buenas cosas que se pueden citar se encuentra el muy buen trabajo que realiza el ministro de educación Raúl Vallejo, el trabajo del ministerio de salud quien con la Dra. Mónica Chang sin hacer tanto bochinche como su majestad cumplen con su trabajo.

Ya dije porque no al no, ahora le toca al si.

No al si porque me parece el mas grande chantaje mediático hacia el pueblo ecuatoriano en los últimos años. Es increíble la forma el que el gobierno se desvive por decir que si no votan si vuelven: el congreso, el superintendente de bancos, etc; cuando sabemos que así gane el no, no se permitirá que regresen. ¿Como? Pues con el comodín, llamado Jorge Acosta, o no se acuerdan que quien los destituyo fue él, no el gobierno. Además se reparten afiches los cuales dicen que si no los apoyas te quitan el bono de desarrollo, el bono de la vivienda, la medicina gratuita, la tarifa de la dignidad, la educación gratuita, etc, etc.

Los programas, cadenas y propagandas que realiza el gobierno para apoyar el si se hacen con dinero de todos los ecuatorianos, es decir que esas propagandas si son de todos. Además de querer que se acepte su mensaje, pero no por los argumentos sin por tanta repetición.

Después de presentar mis argumentos de porque votar nulo, no me queda mas que llamar a la gente a concienciar su voto. A no dejarse manipular con la idea de que este gobierno terminara en dictadura porque en la actualidad con las circunstancia en que vive el mundo y este país seria muy difícil que lo logre, pero tampoco acceder a chantajes con los cuales amarran los votos cual si fueran padres diciéndoles a sus hijos que si no hacen los deberes no obtendrán ningún premio.

Autor: Raúl Rennella

Una alternativa diferente: Cine Independiente

El cine independiente siempre se ha caracterizado por presentar películas que van más allá de los parámetros establecidos socialmente, no solo eso, sino que también nos nutre culturalmente y muestra varias perspectivas de nuestra realidad. Ciertamente, el cine independiente es un excelente medio para el placer visual, pero ¿cuánto tiempo más lograra mantenerse de pie frente a la magnífica obra del séptimo arte: Hollywood?

El placer visual que el cine independiente nos ofrece es inconmensurable, puesto que se enfoca en producciones (no siempre de bajo presupuesto) con el único afán de transmitir emociones y concienciar a la audiencia de ciertos temas que pueden llegar a considerarse como tabúes culturales. Deja totalmente de lado la idea de cine comercial debido a que ese no es el interés de los realizadores. Varias películas como “Vidas Privadas” del director Fito Páez, o “La mala educación” del genio Almodóvar, altamente reconocidas a nivel mundial, son películas que se mantienen en el status de Independientes, logrando una alta audiencia en Latinoamérica, no por la publicidad de la misma sino por el contenido altamente impactante. Varias películas del cine independiente se han abierto camino en Hollywood logrando grandes reconocimientos.





Pedro Almodovar La Mala Educación


Hollywood siempre ha sido, es y será la más grande obra del séptimo arte. Todo su poder y grandeza se apoya en los millones de cinéfilos que gustan del cine comercial. Si bien es cierto nos ha brindado espectaculares películas como “El Padrino” del director Francis Ford Coppola o “The Departed” del director Martin Scorsese, pero no siempre se puede contar con una excelente película en el cine, más bien nos presentan el tipo de películas que lograrían un “sold out” que se convierte en la verdadera intención de Hollywood. Es ahí donde siempre podremos contar con una excelente película de cine independiente, una película que nunca dejará las taquillas puesto que representan las riquezas culturales de las que cada pueblo, ciudad y país, gozan regresándonos a las realidades cotidianas, nuestras realidades.





Martin Scorsese The departed, pelicula que le otorgó el oscar


“Cine de Hollywood vs Cine Independiente” una batalla que nunca se pelearía, una discusión que no tendría cabida. ¿Por qué? Tenemos muchas razones. Personalmente disfruto mucho del cine independiente y sus indescriptibles situaciones que me llevan a la reflexión y al análisis no solo de la película sino de mi estilo de vida en sí. Por otro lado disfruto mucho del cine Hollywood, puesto que en más de una ocasión me ha hecho despertar emociones que no sentía desde que era un niño. Ambas propuestas son grandiosas y cautivan de diferente manera. Debemos concluir que no importa si es comercial o no, si es independiente o no, lo que importa realmente es que el cine nos seduzca de tal manera que hagamos cambios en nuestras vidas, cambios de bien. Evolución.


Por: José Antonio Cedeño

Dos caras




Por: José Antonio Cedeño

Mujeres Tijera, mujeres Maga

“Detrás de todo gran hombre, siempre hay una gran mujer”, dice un refrán popular. En 1985 Eurythmics, junto a la voz de Aretha Franklin, lanzó al mercado el single Sisters are doinit for themselves. Aquí ya la cosa cambió:

Now there was a time when they used to say
That behind every - great man.
There had to be a - great woman.
But in these times of change you know
That its no longer true.
So we're comin out of the kitchen
cause there's somethin' we forgot to say to you (we say)
Sisters are doin' it for themselves

Ya no es la mujer la que está detrás del hombre, rezagada en la cocina alimentando abnegadamente al esposo, los hijos y al perro. Es ahora una mujer autónoma que no sólo cocina, ahora hace cosas por ella mismo y qué bien por ella. Sin embargo, qué es la mujer para el hombre y de qué tipo le gusta. Adorable cuestionamiento que no muchos alcanzan a resolver.

Dejando a un lado cuestiones físicas que no valdría la pena discutir aquí, pues toda mujer tiene su encanto -incluso la que golpeó a Fabián-, qué tipo de mujer es la que embruja al hombre y lo convierte en un ser arcaico que se mueve por pulsiones prehistóricas y, a veces, lo mueve a realizar hazañas que, en sus cabales y sin la influencia de las hormonas, normalmente no haría.

Uno de mis mejores amigos dice que no es recomendable fiarse de un animal que sangra cada mes y nunca se muere, vaya reflexiones. No obstante por qué se vuelve a ellas como hijos pródigos, buscando refugio en sus voluptuosidades, en sus carnalidades, en sus pasiones y defectos (estos últimos son un verdadero tormento, pero no se puede negar que eso vuelve a las féminas más adorables).

Me viene a la mente la sátira filosófica de Sor Juana Inés de la Cruz:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Entonces, me vienen centenares de preguntas, algunas retóricas, algunas sin posible contestación verificable, algunas irónicas, algunas machistas. ¿Es, acaso, cierto que buscamos a alguna que nos ofrezca el bien obrando mal? ¿No es pecar acaso una de las más exquisitas privaciones y de las menos privadas que existen en la vida? ¿Acaso tenemos la culpa de que una mujer haga que nuestros ojos se desorbiten y giren fuera de su habitual eje? ¿No fue Eva la que "ayudó" a Adán a ser expulsado del Edén sin que siquiera pudiera él haber estado en aquel sitio por más de 10 horas? Estoy abierto a posibles respuestas para cualquiera de estas preguntas.

En el 2000 apareció una nueva versión del filme Bedazzled (Al diablo con el diablo, en castellano) de 1967, protagonizada por Brendan Frasier y Elizabeth Hurley. Una modificación interesantísima se da en este re-make: el diablo no es más un hombre; es una mujer. Y qué curioso hallarnos con esto, pues contamos ahora con dos personajes femeninos en la historia que, para variar, son antagónicos. El diablo o, mejor dicho la diabla (vil, cruel, sardónica, sexy) y el amor platónico del personaje principal, Alison Gardner (tranquila, recatada, dulce y no tan sexy como el diablo).

Partiendo de este antagonismo y yendo un poco más allá de lo audiovisual, aterrizando en el mundo literario, me pregunto cuál es el prototipo de mujer que hace que un hombre se vuelva loco y pierda los estribos. ¿Casos?, infinitesimales. Los que me vienen a la mente: Remedios de Cien años de Soledad, Alejandra de Sobre héroes y tumbas, La Tigra del cuento homónimo, Julieta Capuleto de Romeo y Julieta, Dulcinea del Toboso del Quijote, Mme. Bovary y La Linares de las novelas homónimas, etc.; en fin, casos hay muchos, pero cuáles son los atributos que debe reunir un personaje femenino para que haga que los hombres pierdan la cabeza. Después de un poco de reflexión durante la semana, encaro la pregunta con dos tentativas de respuesta: Rosario Tijeras y La Maga, dos arquetipos diferentes de mujer que convergen en un vértice: la seducción innata de su existir.

Disímiles, extrapoladas, hechizantes, sufridas, amadas; ambos personajes -el primero de la novela homónima de Jorge Franco y el otro de Rayuela del gran Cortázar- se muestran abiertos en la medida que la mente creadora les ha dado vida y aire que respirar entre las páginas. Contamos aquí con Rosario Tijeras, mujer de los barrios humildes de Medellín, ultrajada tempranamente, vengativa, sexual, con "güevas", una mujer a la que se le hace más fácil matar que amar; por otro lado tenemos a la Maga, natural de Montevideo y residente en París, también ultrajada a temprana edad, intuitiva, torpe, libre en la medida que su inteligencia se lo permite, sensual.

Adjetivos y definiciones son fáciles de hallar para poder definir a cualquiera de las dos. No olvidemos, por favor, que ambas son totalmente diferentes a pesar de haber vivido experiencias similares. Una es libre y valiente con el arma en la mano, la otra tiene la libertad pues su ignorancia es su principal arma para ser libre. La primera no puede amar, la segunda ama y no es correspondida. La primera busca dominar haciendo el amor, poseer al individuo y devorarlo; la segunda busca la muerte por medio de la entrega de su cuerpo a aquel ser que ella ama. Rosario atrae hombres de todo Medellín: los sicarios, los políticos, los niños bien, los chicos malos, los satánicos; la Maga atrae a hombres filosóficos como Horacio y Gregorovius, es la envidia de los miembros de Club de la Serpiente por su libertad, por ser inasible a la vida, ella se transforma en la obsesión de lo que su amante quiso ser y no pudo -paradójico, pues ella quería ser como él-.

Sean como fueren, nos encantan con sus particularidades sin ser siquiera, entes reales y tangibles, pero que viven en el inconciente global de la literatura. Mujeres diferentes con igual número de seguidores, dentro de los libros y fuera de ellos.
Valiéndome de la cualidad polisémica que el idioma tiene, me viene a la mente cierta publicidad que leí en un autobús: "Detrás de todo gran hombre, hay una mujer; detrás de toda mujer hay más de un hombre". Y, ¿saben qué? Creo que tiene razón.

Querido lector, ¿qué personaje femenino te ha llegado a ti a obsesionar?

Autor: NikhoZ

Cupcakes & cia.

Salía de Fox DVD luego de buscar una película imposible (El ladrón de orquideas). No tuve suerte ese día. Caminaba hacia mi carro que estaba parqueado 5 o 6 locales atrás de Malek Shawarma, en la Víctor, cuando una pequeña tienda rosada captó mi ojo. "Cupcakes & cia."


Era un minúsculo lugar, un punto en medio de tanta locura, con mesitas redondas para conversar. Decidí entrar, pues la imagen de los cupcakes se veía deliciosa. Apenas abrí la puerta el olor me puso tonta, es que nunca había olido algo así. Era dulce, con café, vainilla, harina, era una gama de colores que te atrapaban, era....era un rincón de felicidad bajo diferentes nombres: Pinky (frutilla relleno de mermelada de fruitilla), Dinutella (nutalla en todas partes), Vainilla, Oreo (sin comentarios, es perfecto), Chocomint, Chocolate, Naranja, Delicia de Limón...Todos un reflejo exacto de la imagen que te venden, crujiente crema por arriba y suave dulzura en el centro, acompañado de café al gusto y servido al instante.

Dunkin Donuts no sabe lo que se le viene. Es un lugar para gente que le gusta el dulce y el café, conversar con música suave y sentirse aislado por un momento de los pitos de los carros y del frenesí de la ciudad. Todo, en un punto rosado en plena Victor y antes de Guayacanes.


Por: Elsa Cortés

agosto 21, 2008

Magna Represión

Me dirigía a clases el sábado con un leve retraso, como de costumbre, pero para mi sorpresa esa mañana me encontré con un gran contingente policial en los bajos de la Aula Magna, un camión del grupo de explosivos del GIR y militares apostados con sus armas en distintos puntos de la UCSG.

Acaso mis mayores temores y presagios se habían vuelto realidad? Acaso finalmente Correa había oficializado su dictadura y había enviado a sitiar la universidad? Esas y otras respuestas se me vinieron a la cabeza en aquel momento pero mientras caminaba y me topaba con algunos compañeros me enteré de lo que en realidad sucedía: El Presi iba a transmitir su tradicional cadena radial sabatina desde el Aula Magna y para mi pesar tuve que asistir con mis compañeros para elaborar un deber.

Ya dentro después de varios controles y manoseos por parte de la seguridad presidencial empezaba a tomar forma el informe a la nación de Correa. Habló, habló y habló hasta más no poder con su típico discurso gastado de la partidocracia, sus ataques hacia el ex presidente Febres – Cordero y a la prensa y lo que hizo en su viajecito a Paraguay.

Cansado de estar allí sentado salí y me encontré con una escena muy peculiar, un grupo de estudiantes manifestaban contra Correa y el presidente de la Federación de Estudiantes de la UCSG. Me uní a ellos y levanté mi voz en protesta junto a quienes éramos cerca de 200 personas y no 50 como dijo su Majestad contra una veintena de pipones, gurdaespaldas e infiltrados que apoyaban a Correa y que tenían el resguardo de la policía.

Transcurrieron los minutos y la protesta dejó de ser pacífica, los estudiantes fuimos agredidos por la policía que con sus sprays de pimienta provocaba asfixias sin pensar en que alguien podría tener problemas respiratorios. Y eso no fue todo, con golpes, patadas y al atropello trataban a nuestros compañeros como animales a los que había que alejar a como de lugar.

Y ahora con una descarada cadena de televisión se nos trata de acusar or la violencia acontecida….

Hasta dónde llegará el cinismo de este Gobierno?
Hasta cuándo seguirá Correa con su intolerante y arrogante actitud??
No podemos permitir que hechos como este se vuelvan a repetir, Estudiantes unidos sean de la universidad que sean, el fin es el mismo: NO A LA DICTADURA

Rolo Gilbert

Tú no sabes lo que yo sé

Historia del ‘cerco’ de la Católica
Martes, 19 de agosto de 2008

Por: Dr. Kostka
Michel Doumet, Rector de la Universidad Católica, estaba con los decanos en una reunión. Cuando se acabó esa reunión, los decanos fueron a sus respectivas facultades y anunciaron que no habría clases ni hoy ni mañana. Todos salimos de las aulas. Unos se fueron, pero fuimos más quienes nos quedamos.

Los guardianes empezaron a pedir a la gente que se vaya, y cerraron la puerta grande.

Mientras nosotros estábamos yendo hacia la facultad de derecho, donde sospechábamos que estaría la información, íbamos escuchando que había rumores de bombas, una en economía y/o una en derecho. El otro rumor era que manifestantes pro Sí venían a cercar la universidad. Albán Borja[1], profesor de Filosofía, dijo que era para atemorizar a a las personas, que era parte de la Cultura del miedo.

Cuando llegamos al edificio principal, estaba Doumet yendo de un lado al otro y diciendo cosas como "Dañaron a nuestra universidad" y "Esto es culpa de los estudiantes que se han puesto a dar declaraciones a la prensa".

Había reporteros de RTS a los que les gritaba (más bien, alzaba la voz, para que lo oigan los que estaban cerca) que ÉL no daba declaraciones.

A una alumna a la que le hicieron preguntas los reporteros, uno de los hombres que andaban con Doumet le hizo un gesto de No con el dedo, y la chica dejó de hablar.

Luego salimos a ver qué rayos había afuera. Había cerca de 50 policías que estaban en las puertas del recinto. No entraban, a pesar de que aún no habían cerrado la puerta.

Pregunté a Doumet por qué cerraban la Universidad, y me dijo "Es que tú no sabes lo que yo sé".

Entonces me fui con un profesor, Albán Borja, y dos compañeras hacia donde estaba la policía. Una vez afuera del paso peatonal, ya no podíamos entrar.

Le pregunté a uno de los policías qué era lo que pasaba, y me dijo que habían sido avisados sobre una posible bomba. Le pregunté que en dónde, y no supo responder. La verdad, si habían sido avisados de una bomba, debieron estar adentro. ¿No tienen los policías, bajo esa circunstancia, la potestad de decidir entrar por más autónoma que sea la Universidad?

Más tarde, al hablar de ello con un abogado graduado en la Universidad, me dijo: “Yo creo que es primero la seguridad. No hay que mal interpretar la autonomía”.

Pero no entraban. Seguíamos ahí, y llegaron más y más policías en camiones. En realidad, sólo fue un camión, pero sí llegaron muchos policías ahí. Cerraron la Av. Carlos Julio Arosemena. Y no entraban

“Mira: está saliendo muy rápido el señor Rector. ¿Y su seguridad donde está?”, dijo Albán Borja.

Doumet, que no había aceptado hablar con la prensa, en algún momento salió de la Universidad apresuradamente, sin protección alguna, casi imitando el movimiento de los pingüinos al caminar entre tantos periodistas, que lo rodeaban con vehemencia.

Albán Borja me agarró del pescuezo y me dijo: "Métete ahí que lo que va a decir es importante". Y me metí como pude entre los camarógrafos y los reporteros.

Preguntó: "¿Cuál es el oficial a cargo?" Y le mostraron con el dedo a un policía un tanto joven. Se dirigió hacia él y, con tono de exposición de alumno cansado, le dijo: "Tranquilos, que los alumnos están saliendo…" lo que dijo después, ya no lo pudimos escuchar, porque los periodistas se abalanzaban y hacían ruido.

Cuando el primer micrófono llegó a la boca de Doumet, oímos de nuevo su voz: “… yo respondo por ellos. Yo les ruego, por favor. No quisiera más problemas”. Por supuesto, todas las cámaras de la prensa lo estaban filmando. Luego de decir lo que dijo, se volteó hacia los periodistas: “Se han suspendido las clases por prevención de cualquier enfrentamiento, nada más. Yo he tomado la decisión como Rector”.

Y se fue.

Cuando nos íbamos nosotros, Albán Borja dijo, con un tono extraño, de indignada hilaridad, un par de cosas:

—­¿Te das cuenta de lo que está pasando? Él (Doumet) se niega a dar declaraciones, y ahorita sale a decir [con voz de víctima pidiendo clemencia] ‘¡Por favor, los chicos no están haciendo nada! ¡Déjenlos ir! ¡Yo respondo por ellos!’. Esta noche en los noticieros va a salir que estos señores (la policía) han venido en plan agresivo contra los estudiantes. Eso es lo que va a salir.

Terminó diciendo que Doumet había hecho algo digno de sacársele el sombrero. Asumí que lo decía estratégicamente hablando. “Lo mismo iba a decir yo”, remató horas más tarde vía MSN José María León [http://www.imputacionpolitica.blogspot.com].

Rayando en la desinformación
Si existe un derecho violado en el Ecuador, es la libertad de acceder a la información. Lo peor es que va más allá de cuánto nos esconden los medios de comunicación. Una evacuación de esa magnitud sin informar el porqué a los estudiantes se vuelve una medida de seguridad que pierde sentido como tal, absurda. Los rumores surgen de la ignorancia.

Esa noche, chateaba con alguien sobre los acontecimientos de la tarde, y se planteó que ello podría ser una estrategia a favor del No, pero mi interlocutor lo descartó: “No creo: el hijo de Doumet trabaja en la CFN y Correa le ha aprobado 3 créditos a la Universidad. Ahí hay algo más”. Qué es ese ‘algo más’… pues, si algo ha quedado claro en este artículo en torno al Rector, es que yo no sé lo que él sabe.
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[1] Nombre modificado.

¿Cómo marcha la Metrovía?

La troncal 3 de la Metrovía ya está en marcha. Los comentarios incisivos y los lisonjeros también están en marcha. Y marcho yo también en este sistema de transporte, sufriendo algunas incomodidades mientras conozco la idiosincrasia de nuestra gente.

Algunas incomodidades se tienen que soportar cuando se va en estos contenedores rodantes. Los flojitos han tenido que caminar un poco más para llegar a las paradas (aunque no haga falta el ejercicio). Y ni qué decir de los parados, que es como debe viajar la mayoría por la poca cantidad de asientos. En esta masa de individuos apretujados la inhibición es la que menos encuentra espacio. Pero sea que se vaya de pie o sentado, todos deben aguantar el calor intenso que acompaña las primeras horas de la tarde.

Desde pequeño sé que el transporte público es un lugar privilegiado para conocer la idiosincrasia guayaquileña. Parece ser que el chisme sí encuentra allí su lugar, sobre todo cuando hay muchos oídos ávidos por recibirlo. Hay quienes aprovechan para hacer lo que no hicieron en casa: afeitarse ellos, maquillarse ellas, despertarse todos. Otros no reparan en la presencia de toda esa gente y se quedan dormidos en sus asientos. Una “gata” me contó que vio a un señor intentando subirse con una plancha de cangrejos; pobre hombre, creyó que entre tantos monos unos cuantos crustáceos no desentonarían.

Así nos aguantamos unas cuantas molestias con tal de movilizarnos por Guayaquil de forma rápida y segura. Así llegamos a conocer más cercanamente el comportamiento de los habitantes de esta linda ciudad. Así marchan las cosas con la Metrovía.

Autor: Javier Maruri

Adivina a quién espero



No soy de las personas que se impacientan fácilmente, ni de las que pierden la calma en un instante, pero ese olor tan raro (será desinfectante para pisos o algo así) me va poniendo nervioso de a poco. El tiempo transcurre lentamente y sé que tardará todavía en llegar. Para no convertirme en víctima del aburrimiento, me pondré a observar todo lo que hay a mi alrededor:

Hoy el escritorio se ve más grande que de costumbre, aunque debe ser porque han quitado algunos objetos. Al menos se han llevado el portarretrato con la foto de un niño que se parecía mucho al protagonista de una película de terror que vi hace tiempo. Tampoco está el bolígrafo con forma de hueso, que por cierto me habría servido mucho en estos momentos para hacer algunos garabatos innecesarios. Falta también el pisapapeles que… bueno, lo había olvidado, el pisapapeles que me llevé el mes pasado.

Los cuadros no son muy originales que digamos, en todos figuran personas sonriendo sin un motivo aparente; los que tengo al frente mío son un poco más interesantes, en ellos al menos se pueden ver unas cuantas cosas acerca de estudios y universidades. Nunca he sabido cómo se utiliza la balanza, sería más fácil si tuviera una pantalla digital en la que aparezca el peso exacto, aunque para mí eso ya no es motivo de curiosidad. Trato de descubrir si los frascos y las cajitas del estante están ordenados bajo algún parámetro, pero desde aquí es difícil leer aquellas letritas, y no pienso pararme para hacerlo. Tampoco pienso pararme para acostarme en la cama, que me ha estado llamando desde hace algún rato. No, quedaría dormido en el acto.

Por fin llegó. Se lo nota algo agitado. Seguramente ha estado haciendo algo más importante que mirar un poco de objetos para hallarles algún sentido.


Autor: Javier Maruri

La mano que tira la piedra


Cuando escuché al presidente decir: “Así que chicos, resuelvan ustedes el problema”, se me vino a la memoria el personaje bíblico de Poncio Pilatos. ¿Será por eso que dicen ser un Gobierno de manos limpias?

Definitivamente esas no fueron las únicas manos que intervinieron esa mañana en la Universidad Católica. También están las de los manifestantes de cada uno de los bandos. Aquellas que tiran piedras y se esconden tras la fachada de minusválidos y mujeres indefensas. O las que señalan la prepotencia sabiendo que pecan de poderosos. Los mismos que reclaman por la libertad de expresión y la pisotean con sus acciones. ¿Acaso intentar arrancharle el cassette a un camarógrafo es un acto que demuestre respeto a la libertad? También están las de los Policías, que como de costumbre apelan a la brutalidad y terminan por cometer excesos. Todo esto demuestra que se recurre a las manos cuando la terquedad o la ignorancia nos impiden debatir.
Me gustaría saber de quién son las manos que llevan en sus dedos, atados los hilos de la discordia, con los que manipulan a sus prosélitos para que actúen a favor de sus intereses. Mientras tanto, en la universidad queda la sensación extraña de haber dejado algo al descubierto.

Seguramente, quien es responsable de sancionar y hacer que a la universidad retorne la calma, esté pensando en este momento que las cosas se le salieron de las manos.

Por: Ramon Murillo

LOVE



Tal vez Lennon no estaba del todo equivocado cuando se atrevió a comparar a los Beatles con el mismísimo Hijo de Dios. Ya que, guardando las distancias, tanto los de Liverpool como Jesús se han convertido en símbolos eternos, portadores de un maravilloso mensaje: El Amor.
Love es precisamente el nombre del disco de mezclas que los Beatles publicaron en el 2006. Creado especialmente para un espectáculo realizado por el famoso Cirque du Soleil (Circo del Sol).


Es una iniciativa de George Harrison(+) y de su amigo personal Guy Laliberte, creador del show. La idea era que la puesta en escena no se tratara de la vida de los Beatles, sino que fuera una representación de aquel fantástico mundo en el que habitan los increíbles personajes creados por la banda, a lo largo de su carrera.




Respecto a la manera de hacer un disco, Los Beatles siempre han estado un paso adelante desde los 60`s, cuando convirtieron el estudio de grabación en un laboratorio de sonido. Esta vez las antiguas cintas que contienen las grabaciones originales del cuarteto fueron rescatadas por su mítico sonidista: Sir. George Martin y su hijo Giles, quienes aprovecharon las nuevas tecnologías para lograr sonoridades que se perdían en las antiguas ediciones. Además usaron pistas tocadas al revés; montajes, partes dobladas y una técnica utilizada para acelerar o retardar las voces. Todo esto para crear el ambiente sobre el cual se desarrolla el espectáculo.




La experiencia de escuchar este disco es fascinante, sobre todo si se trata de un fanático de la banda inglesa. La nostalgia es inevitable cuando las canciones se sobreponen unas con otras con armonía y acierto. Un ejemplo magistral es la transición de Mr. Kite con I Want You (She's So Heavy) y Helter Skelter.




En definitiva, es un disco que vale la pena escuchar con mucha atención, ya que, para entender la magnitud de su ingenio es preciso percibir todos aquellos detalles de edición, mezcla y selección. Se trata de un soberbio trabajo que demuestra que los Beatles se mantienen en vigencia y aún son capaces de sorprender al mundo entero.


Por: Ramon Murillo

“Kill City”

La ciudad cambió de nombre cuando Víbora Julieta festejó sus ochos años de creación. Al entrar a Heineken bar, una mujer recibía a las personas, estaba vestida con una camiseta roja como si estuviera advirtiendo que en ese lugar el rock fluiría en nuestro cuerpo. Al cancelar la entrada, sellaban el brazo con el nombre de “Kill City”, entregaban un disco y una minúscula funda rectangular en el que decía “condón con sabor a chocolate”.
Los sentidos se agudizaban, mujeres transitaban vestidas de “Víboras”, el sonido de los instrumentos comenzaba a retumbar y las piernas vibraban con el ritmo de la batería.
“Alicia se tiró por el parabrisas” subió al escenario, agradecieron a VJ por la invitación, y lanzaron su música. El cantante utilizaba el micrófono como pareja de baile, comenzaba a brincar, se desplazaba con movimientos bruscos y sensuales, y su cabello iba difuminando el fondo. Por un momento la intensidad de la música bajó y se comenzó a escuchar el sonido del violín como un susurro, la voz del cantante emitida por un megáfono interrumpe y todos los elementos musicales volvían a fusionarse.
En Kill City el tiempo pasaba sin presionar, los VJ subieron al escenario a devorar el rock. Son cuatro sus integrantes: Bruno “brutanza” en la batería, Carlos Proaño “el niño” en la guitarra, Ramón Murillo “Ron damón” en el bajo y Gabriel Faldiño “El Gabo” vocalista.
Los aplausos, los saltos, y los gritos aclamaban “Tocando fondo” “Soy el vagabundo” “Martha Julia”… El escenario se iluminó y cuando comenzaron a tocar “El perro más triste del mundo” el público se excitó. El vocalista cambiaba sus tonos de graves a agudos o viceversa. El guitarrista parado en un mismo sitio sin hacer tantos ademanes tocaba con intensidad. Con un traje de aviador, el bajista danzaba con su instrumento, mientras el baterista con los palillos pegada con furia y su cabello ondulado y largo se meneaba como si estuviera haciendo uso de la minúscula funda rectangular.
Al terminar el concierto la gente no se atrevía a salir a la ciudad porque Kill City fue otra realidad, fue la esencia del rock, fue Víbora Julieta.


Blog Víbora Julieta
http://profile.myspace.com/index.cfm?fuseaction=user.viewprofile&friendid=255982959

Carolina.

De pizzería en pizzería: la odisea de un martes loco



Como de costumbre, y honrando nuestra tradición de salir a comer todos los martes después de clases, mi compañera y yo buscábamos un nuevo destino. Ya que nada se nos ocurrió, tuvimos la brillante idea de comer pizza; después de todo era “martes loco”, cualquier cosa por ahorrar unos centavitos.

A nosotras se unió un gran número de compañeros. Salimos en dos carros y quedamos en encontrarnos en Master Pizza. Al llegar allá nos dimos cuenta de que tendríamos que esperar demasiado tiempo para poder saciar nuestra hambre. Luego de esto caminamos hasta Pizza Hut y fue la misma historia. Un tanto cansados, con hambre y resignados, alguien sugirió ir a Little Caesars.

Por suerte en este caso el tiempo no fue nuestro problema, sino más bien que éramos alrededor de 13 personas. El lugar era muy pequeño, estaba lleno y no teníamos en donde comer. Dejando de lado este inconveniente, y guiándonos por lo que nuestros estómagos pedían, nos sentamos en la vereda a esperar nuestra orden.

En una calle un tanto oscura, donde se podían ver fundas de basura apiladas a un lado, nos logramos acomodar en un par de escalones frente al local. No pasó mucho tiempo hasta que llegaron a nuestra “mesa especial” las tan ansiadas pizzas de jamón y pepperoni. Abrimos las cajas y al ataque.

Recién saliditas del horno, se podía ver el vapor que las pizzas botaban, así como el queso derretido que, al coger un pedazo, se quedaba la mitad en la caja. Nada de esto importaba, solo queríamos comer. Todos metían mano en las cajas, que poco a poco se iban quedando vacías. No fue tan malo como suena, porque cualquiera que nos hubiera visto (un montón de gente con cuatro cajas de pizza, dos botellas de cola y gritando de un extremo al otro para que pasen servilletas) habría pensado que era una escena no muy común.

Creo que hablo por todos los que fueron (y si me equivoco siéntanse libres de corregirme) al decir que fue una experiencia única. No se si fue el hambre o si realmente la comida estuvo tan buena, pero lo que sí es cierto es que pasamos un buen rato. Si lo vemos por ese lado, comer pizza en una vereda con tus compañeros no suena tan mal, ¿verdad?
Por: Carol Arosemena