agosto 16, 2008

Una vida: ciento Cincuenta dólares

Un miércoles caluroso, a las 15h00, una silueta esbelta recorría los alrededores de la Maternidad Enrique Sotomayor. Su cara expresaba tristeza, al ver rostros alegres de padres orgullosos, que llevaban a sus mujeres en estado de gestación para que sean atendidas. Se llama Elena. Su paso era rápido para llegar a la clínica, en la que se iba hacer un aborto. Al llegar fue atendida por un galeno, con el que ya había hablado antes. Pasaron algunos minutos para que ella le entregara 150 dólares.

Es el precio que tiene un neonato de un mes de gestación, para ser extraído del vientre materno. La tasa de abortos en estos ocho años ha aumentado. De cada 6 embarazos, uno es interrumpido. Anualmente se registra en los hospitales del Ministerio de Salud Pública 28.444 abortos. Antes, la cifra era de 24.228 casos, sin contar los legrados que se practican clandestinamente en distintas clínicas.

Es el caso del doctor Rafael Blacio Reyes, quien atiende en Mapasingue Oeste, bajo un título de Ginecólogo Obstetra. Realiza abortos, sólo a mujeres conocidas o recomendadas por algún amigo. “Por lo general, siempre llegan chicas de todas las edades, desde niñas de 12 años, que vienen con sus madres, hasta mujeres que van con uniformes de trabajo de prestigiosas empresas, bancos etc.” El total de legrados que realiza el galeno es de mínimo tres sustracciones por semana.

Este tema fue tratado en la Asamblea Constituyente, con el fin de legalizarlo, pero la oposición se hizo sentir, con sus marchas en contra del aborto. El 29 de junio se reunieron muchos religiosos, católicos y evangélicos entre ellos, con un sólo fin, demostrar al gobierno su desacuerdo contra esa ley. Sus pancartas decían “NO AL ABORTO Y SÍ A LA FAMILIA” “NO A LA MUERTE DE INOCENTES Y SÍ A LA VIDA”. Fueron las exclamaciones usadas para representar las enseñanzas que se expanden en las iglesias, basándose en las sagradas escrituras que protegen la vida del niño desde el primer momento de su gestación: Éxodo 20:13; Deuteronomio 5:17; Salmo 106:35, 37-38. Así crearon una retractación por parte de los asambleístas, que dejaron un artículo que dice que “la mujer tiene el derecho de elegir, cuántos hijos desea tener”. El abogado Jaime Salazar, especialista en Derecho Constitucional, sostiene que “En lugar de dejar una carta abierta para el aborto se debe enseñar a los jóvenes educación sexual y crear una conciencia de responsabilidad”.

En la historia, encontramos que el aborto es una práctica muy antigua: se han encontrado escritos que datan de los tiempos del Emperador Sheng-Nung, en la China Legendaria, 23 siglos antes de Cristo; el Código de Hamurabi permitía el aborto a las solteras, pero no a las casadas; Sócrates admitía el aborto por voluntad de la madre; Aristóteles lo aceptaba en los casos de un excesivo número de hijos; Hipócrates, prohibía el aborto de manera categórica, en los términos de su juramento. El cristianismo, proclamó el derecho a la vida, no sólo del niño, sino también del feto, haciéndose cada vez más rigurosas las sanciones penales contra el delito del aborto.

Cuba, México, Reino Unido y muchos otros países de Europa aceptan el aborto para cuidar la vida de la madre, por razones de salud psicológica, por faltas de recursos económicos. Permiten a la mujer ir a cualquier hospital y ser tratadas por personal competente, que no pongan su salud en riesgo.

Elena salio del quirófano improvisado, con lagrimas en los ojos. “Me duele todo”, comentaba. “Pero más me duele saber que estoy sola y que mi novio me dejó al saber que estaba embarazada”. Su sencillez demostraba las carencias económicas que tienen en su casa. “Una prima me ayudó a conseguir el dinero para pagar. Me dijo que el gasto es mínimo, para lo que cuesta la crianza de un niño”.

Por: Nancy Kuonquí León

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