enero 06, 2009

Crítica


Ésta es una especie de crítica televisiva. Vamos a ver cómo nos va.

Domingo a domingo, el programa transmitido por Ecuavisa, Noche de Estrellas, presenta, como denominó un titular del periódico El Universo, “el arte de imitar”. Los artistas imitados son varios: Juan Fernando Velasco, Shakira, Miguel Bosé, Andrés Cepeda, Marc Anthony, entre otros.

De 1.200 participantes inscritos, el jurado seleccionó quince. El premio para los tres finalistas es de $20 mil para el primer lugar, $10 mil para el segundo y $5 mil para el tercero.

El jurado está formado por varios expertos, que analizan distintos aspectos de los participantes [imagen, voz y performance*]. Los animadores, Roberto Angelelli y María Susana Cobo, realmente, hacen lo que pueden.

Con esta información clara, hay ciertos puntos que vale mencionar.

En la primera emisión del programa -no sé si porque los productores estaban probando una nueva estrategia de entretenimiento, o porque simplemente se les olvidó- la música de fondo se quedó guardada en el desván. El silencio que acompañaba [ahora, ya se ha arreglado este pequeño error] a las intervenciones de los animadores, era irritante.

Desde el principio del programa, la identidad de los participantes no era revelada. Se referían a ellos con el nombre del artista imitado. Esto es comprensible si se entiende que el objetivo de este concurso es imitar. Algo que resulta curioso es que en un principio, esta identidad no le importaba a nadie –dejando a un lado los familiares y amigos de los participantes-, pero a medida que el programa seguía su curso, se usó un recurso para darle más cabida a la vida de estos primeros quince extraños. Me refiero al backstage**.

Ahora, después de la presentación de cada concursante, estos pasan al backstage, donde la dupla de Angelelli, les formula ciertas preguntas que, además de innecesarias, desmerecen la inteligencia del espectador.

Cierto participante fue disparado con esta pregunta [que más que pregunta, resultó ser una especie de orden, no malintencionada por supuesto]: defina con un adjetivo a los demás concursantes. Epítetos como “buena persona”, “entusiasta” y “buen participante”, se repitieron constantemente. Fue lamentable observar la cara del pobre concursante, que lo que menos deseaba era estar ahí lanzando adjetivos al azar. Por último, Cobo no pudo mencionar a todos los concursantes que quedaban por ser adjetivizados. ¿Mala memoria o mala improvisación?

Generalmente, los backstages sirven para captar opiniones o percepciones de lo que ocurrió en el escenario. Esta parte en Noche de Estrellas, además de indagar un poco en la vida de los concursantes, pone en evidencia la falta de organización, tanto de cámaras, como de personal que saldrá en pantalla.

Primero, se suele hacer una toma del concursante caminando hacia la entrada del backstage. A veces, estos se mueven por el cuarto/camerino y ocasionan un caos audiovisual. ¿Por qué? Porque la cámara opta por moverse para dar un mejor ángulo [o quién sabe para qué], y, además de marear al espectador, logra captar a personas que no desean salir en pantalla, ya sean familiares de los concursantes/ maquillistas/gente del vestuario, etc. Estos se esconden del lente de la cámara, pero no logran su cometido. El resultado, es una toma inestable donde aparecen personas huyendo de la cámara. Desastroso.

María Susana Cobo, en las primeras emisiones, aparecía en el escenario, y era la encargada de las cuñas publicitarias. Esto era espantosamente molestoso, sobre todo por el juego de cámaras. Primero aparecían en cuadro ambos presentadores. Luego, se hacía un mal corte y aparecía Cobo desde otro ángulo, y con un fondo con la marca del producto que iba a publicitar. La combinación perfecta para sacar al televidente de quicio.

Los comentarios de los jurados son, en cierto modo, lo más acertado del concurso. Aunque a algunos se les va la mano [siempre tiene que haber un malo en la película], muchas otras, aciertan y no dejan pasar por alto ciertas fallas.

Noche de Estrellas es una franquicia holandesa de la empresa Endemol. Su producción está a cargo del canal del cerro. Hacer un análisis de contenido, para detectar las fallas, no mataría a nadie. Eso sólo si se tiene consciencia de que se están haciendo mal las cosas, pero como mencionó uno de los jurados***, “si no sabes a dónde vas, cualquier bus te sirve”.


Información General
Jurados
Beatriz Parra, soprano ecuatoriana.
Wilfrido Muñoz, gerente de mercadeo de Universal Music en Ecuador.
Otto Hevia [retirado por razones familiares], fue reemplazado por el cantante Danny Úbeda.
María Sol Corral, la asesora de imagen ecuatoriana

Horarios
20h30 en Guayaquil y región centro sur
21h30 en Quito y región centro norte

http:/www.ecuavisa.com/

* Palabra gringa necesaria.
** Detrás del escenario/tras cámaras.
*** Wilfrido Muñoz
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Por: Estrafalaria

4 comentarios:

Juan Montalvo dijo...

interesante aportación al blog. Esto de la crítica televisiva es un género que da mucho juego si se hace con sorna y de forma despiadadad contra la vulgaridad y la falta de creatividad. particularmente me gustaba la desaparecida columna de Roberto Aguilar en El Universo, (lo único rescatable de ee periódico en aquella época, la verdad). Sería interesante convertirla en una sección fija.

El Apestado dijo...

Pero la más pestilente es que se use, mal use la palabra artista para referirise a un grupo de urracas, pues no hacen más que eso, repetir, sin aporte creativo, lo que otros han hecho.

Anónimo dijo...

Gracias por sus comentarios. Sí, ese es el concepto del programa, repetir e imitar. Al menos no siguen con el cuento de que van a hacer famoso al ganador. ¿Valió la pena haber sido una urraca por $10.000?

JM.CabreraKožíšek dijo...

10.000 bien valen ser una urraca.